Si visitas la capital de Yucatán, podrás darte cuenta que existen impresionantes casonas que se conservan de épocas coloniales, El pinar es una de las más sorprendentes

La enigmática casa de El Pinar, está ubicada en la calle 60 del centro de la ciudad de Mérida, Yucatán. Es una construcción que sin duda te va a sorprender, es una de las antiguas casonas que hay en las calles de la capital yucateca.

Esta mansión está muy cerca de la Avenida Colón, y se tiene conocimiento de que la construcción existe desde el año 1915. El Pinar fue una casa habitada pero con los años quedó abandonada y causó la expectación de los curiosos meridanos y por supuesto de los visitantes y turistas.

Muchos se preguntaban sobre quién sería el dueño de la famosa casa rosa que parece de ensueño.

Historia de la casona El Pinar

La mansión El Pinar pertenece a la arquitectura del renacentismo francés.

De acuerdo con la Biblioteca Yucatense por medio de Mérida en la Historia, El pinar perteneció a Miguel Peón Casares en 1906. En la página oficial del sitio el año de su construcción está fechado en 1915.

De acuerdo con otras fuentes, se dice qu fue Humberto Perón el dueño de la casa el Pinar, y el hombre que la mantuvo en total olvido hasta ser vendida a Alberto Bulnes Guedea, quien la restauró, y le devolvió vida destacando los detalles de tremenda construcción.

Posteriormente, el predio  fue vendido a la familia Molina. José Trinidad Molina y su esposa la convirtieron en su dulce hogar y terminando en un trágico suceso.

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Leyenda de la Casona el Pinar

Se habla de una historia de amor y muerte en la que el Pinar fue escenario, ya que es una casona edificada en medio de la producción henequenera de antaño en Yucatán.  

De acuerdo con la historia de la casa, el Pinar era el acceso al antiguo pueblo de Itzimná durante el auge del oro verde. Lo cual la coloca como una de las mansiones henequeneras de la antigua Mérida más representativas.

Cuenta la leyenda que en aquel palacio un joven matrimonio portugués vivió extraños momentos que dejaron huella para el enigma de esta casona.

el pinar merida
El pinar 1915

A pesar de tener menos de 50 años el suceso, poco se sabe de la vida de la pareja más allá de la historia y fama que la casa ha ganado.

Cuentan los ojos de la ciudad que para el año de 1985 comenzó la tragedia de la casona el Pinar, cuando la mujer fue mordida con un murciélago causándole rabia.

Recordemos que la rabia, enfermedad también conocida como hidrofobia y transmitida por perros, murciélagos, zorros, etc., causa en el humano síntomas físicos y mentales.

La salivación, irritabilidad y alucinaciones, son las más icónicas de la hidrofobia.

Para el año de 1985 ya existía vacuna contra la rabia, sin embargo el porcentaje de recuperación era bajo en comparación con los tratamientos actuales.

El esposo desesperado y tras agotar su esperanza en la ciencia, le confió a la casa El Pinar la vida de su amada esposa.

Así fue como la encerró en una de las habitaciones de la mansión, dejando que la casa sea el infierno vivo de la mujer que solía llamar “esposa”.

La muerte de la mujer fue un proceso largo que solo lo podrían contar las paredes que ya no están del palacio.

Gritos de angustia se estrellaban en los oídos de los vecinos más cercanos. Era una época donde los rumores llegaban más rápido que la luz y en poco tiempo, toda la ciudad fue un testigo silencioso.

Tras el alivio de la muerte, el viudo abandona la casa el Pinar y la ciudad de Mérida. Se ignora el destino del hombre, pero es seguro que ningún exilio fue suficiente para olvidar los gritos de horror que repetía la casa.