


A partir de este lunes 18 de enero las personas que quieran ingresar al Reino Unido deberán de presentar una prueba negativa de Covid-19 y la obligación de guardar una cuarentena de diez días a la llegada al país, que pueden reducirse a cinco si se vuelve a dar negativo en un test privado, lo anterior como una medida para contener la propagación del Covid-19.
Adicional a la medida anterior y ante al surgimiento de nuevas variantes -presumiblemente más contagiosas- del coronavirus, el Gobierno británico ha suspendido los llamados “corredores aéreos” seguros que había establecido el pasado verano.
De esta manera, todos los viajeros internacionales que llegan a partir de hoy a este país deben haber dado negativo en un test de covid-19, realizado en un plazo de 72 horas antes del viaje, y cumplir además con la cuarentena de diez días, o cinco para quienes accedan a pagarse una prueba privada.
Los corredores seguros de viaje, establecidos durante el verano de 2020, supusieron un balón de oxígeno para la industria de la aviación, que había quedado muy dañada por la pandemia.
El Gobierno analiza asimismo la introducción de un sistema de vigilancia parecido al de Polonia, en el que las personas en cuarentena son contactadas una vez al día para que envíen una fotografía de sí mismos en el lugar donde han decidido aislarse.
Un software de reconocimiento facial y las coordenadas GPS en las que fue tomada la imagen permiten a las autoridades controlar que se están cumpliendo las condiciones de la cuarentena. EFE